Estamossanitos

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domingo, 22 de septiembre de 2013

Mis experiencias acerca de la salud


¿Mis experiencias acerca de la salud?

Mis experiencias acerca de la salud comienzan el 9 de septiembre de 1988, concretamente a las tres de la madrugada. ¿Por qué esa fecha? Porque es el día que yo nací y a partir de entonces aquella persona pequeña pero “rechonchita”  se expone al mundo, un mundo lleno de cambios, cambios que suceden sin apenas percibirlos, solo reconocibles en momentos como éste, en los que te das cuenta que aquello que dicen nuestros padres o abuelos de: “la salud es lo más importante” verdaderamente es así.

Como futura maestra de infantil me gustaría empezar mi relato por las experiencias más recientes y actuales y ,por ser éstas así, analizarlas desde una perspectiva más crítica pues, en mi opinión, hoy en día en nuestro país, la salud y la ausencia de ella están estrechamente unidas a la situación  de crisis (económica, de valores…) actual. No siempre ha sido así, por lo que me gustaría terminar este relato con mis primeras experiencias en la salud o al menos las primeras que recuerde. ¡Comencemos!

Ahora más que nunca sabemos cuáles son los beneficios de una vida saludable. En gimnasios, libros, revistas, hasta en los anuncios de televisión nos dicen los alimentos que son buenos o perjudiciales para nuestro colesterol, glucosa, para nuestros músculos, huesos y hasta para aumentar la memoria, estar más ágiles…pero ¡sí!, tenemos más conocimientos de nuestro cuerpo y nuestra dieta pero nuestros hábito de salud al contrario que los avances médicos empeoran.

¿Mis experiencias actuales acerca de la salud? Como ya he mencionado, pienso que la salud está estrechamente unida con la época, costumbres, hábitos sociales…y queramos o no con la economía.

Se podría decir que llevo una vida saludable si con ello nos referimos a una dieta sana, deporte…pero no todo es eso ¿ no? Si me centro en el estrés, preocupaciones, nerviosismo…, lo que contribuye a lo que podríamos llamar “salud mental” y que incide e influye en nuestro bienestar físico, mi vida no es tan saludable. En ese sentido he sido siempre una persona muy nerviosa, otros dicen que inquieta, especialmente en mi adolescencia. Por aquel entonces, y hablamos solo o ya de hace ocho o nueve años, era como ya he mencionado una persona muy nerviosa. No debemos olvidar que la adolescencia se caracteriza por la vitalidad, inquietud y dinamismo, pues bien, yo todo eso lo cumplía a la perfección. En cuanto a la dieta, mi entorno (profesores, amigos y familiares) se preocupaban excesivamente por mi delgadez. Episodios en los que profesores llamaban a casa preguntando a mi madre y claramente insinuando que podía padecer anorexia eran constantes. ¡Nada más lejos de la realidad! Contrariamente a lo que parecía me alimentaba perfectamente, es más, todos aquellos alimentos que mis amigas odiaban: frutas, verduras, pescado…a mi me encantaban y , en palabras de mi médica, era una niña sanísima. Éste es un ejemplo en el que una imagen saludable y viceversa no implica el estar más o menos sano.

Está claro que durante la maduración se desarrolla una manera de ser y de vivir que dependen del entorno, tanto o más que los factores biológicos. En esa manera de vivir se incluyen los hábitos propios de la adolescencia, la rebeldía incluso en la dieta, el pasotismo…Todos mis amigos se alimentaban casi exclusivamente de chuches, hamburguesas y bocadillos de nocilla; por suerte para mí, y especialmente para mi madre yo no compartía esos hábitos con mis compañeros.

En cuanto a la niñez, los hábitos saludables estaban más presentes en la escuela, hábitos que cada vez se pierden más hoy en día en los centros escolares. Estaban presentes, pues formaba parte de la rutina matinal el enjaguarse  la boca con flúor y cubrir una ficha donde te decía como lavar los dientes perfectamente, como ahorrar agua…; también formaba parte el tomarnos un brick de leche que nos repartía la profesora a todos los alumnos a primera hora de la mañana. Todo ello se convertía en hábitos y costumbres que esperábamos ansiosos. Alejándome un poco y viéndolo desde una perspectiva más adulta, pienso y observo que se debería de aprovechar esa edad en la que tienen una alta capacidad de aprendizaje, pues es una gran oportunidad que los principales agentes socializadores (familia y escuela) tienen para inculcar esos hábitos.

Poco a poco me acerco a mi infancia, a esos primeros años de vida de los que más que recuerdos tengo testimonios, anécdotas…En esos primeros años y coincidiendo con mi inicio escolar fue cuando tuve mi primer contacto con el mundo del deporte. No lo he mencionado, pero tengo una hermana mayor por lo que la elección de mi primer deporte estaba clara: baloncesto como mi hermana. En mi familia, la práctica de un deporte era esencial y casi obligatoria pues para  mi madre el estar sanos incluía hacer algún tipo de ejercicio físico.

Antes de mi escolarización, es decir, los primero años de mi vida, fueron los típicos de cualquier niño o bebé. Era comilona o eso dicen, ninguna enfermedad ni fractura, solo los típicos catarros y cólicos que padece cualquier bebé. Como ya he dicho era muy comilona y esa fue la causa de mi única hospitalización. Nueve meses tenía cuando mis lloros causados por mis ganas de comer hicieron que me cayera del capacho y me golpeara la cabeza. Al parecer el golpe había sido grave pues permanecí ocho días en la UVI de los cuales los primeros se temía por mi vida.

Pues bien, llegamos a ese momento, a los primeros días de vida, a aquel nueve de septiembre en el que preparada o no me tocó enfrentarme al mundo y en los que al principio con ayuda y luego ya sin ella, mi bienestar, mis hábitos y mi salud marcaron gran parte de mi personalidad y de mi vida. Por eso no olvidemos como sociedad, personas y futuras maestras que jugamos un papel muy importante en lo referente a hábitos saludables y que no se trata solo de hábitos o costumbres sino de salud y creamos o no de valores.

 

 

viernes, 20 de septiembre de 2013

Mi relato saludable

           Como comienzo en este blog, voy hablar sobre mi experiencia de salud en el entorno escolar, tanto en mi infancia como en la adolescencia.
Yo no recuerdo mucho sobre mi infancia, pero lo poco que recuerdo es que a la hora de ir al baño nos ponían en una fila para lavarnos las manos antes de ir al baño ya que tocábamos muchas cosas y las teníamos sucias, y después de haber ido, también. Respecto a la higiene bucal venían unas chicas a darnos una charla con una boca grande (la típica que hay en el dentista) y nos enseñaban como lavarnos bien los dientes por todo, sin dejar ningún lado sin lavar, y para que nos fuéramos más contentos nos regalaban un cepillo de dientes pequeño a cada uno.
          Por otro lado en la infancia y sobre todo en primaria yo tenía que tener mas cuidado al correr o hacer mucho esfuerzo físico ya que tengo asma, y al ser pequeña lo único que me gustaba hacer era correr y jugar con los compañeros en el recreo.
         De mi infancia lo ultimo que puedo destacar, es que en segundo de primaria un compañero nos paso la varicela a casi toda la clase porque no la tenia bien curada.
En cambio del instituto ya me acuerdo mas ya que no hace tantos años que lo he dejado atrás, lo mas destacable es el ducharnos y llevar ropa de recambio cuando había educación física aunque eso ya lo hacíamos en 6 de primaria pero después ya era una rutina, lo que hace que ya nos salga solo y no tener que pensar en que tenemos que hacer o no.
      Al ser mas mayores y muchos ir solos a clase por las mañanas ya que nuestros padres trabajaban nos vinieron a dar una charla sobre la alimentación y lo que deberíamos comer y para concienciarnos nos hicieron ir a desayunar a clase, para que viésemos lo importante que era la primera comida del día.
       No debemos olvidar que la salud no solo es comer bien y no estar enfermo también tenemos que estar bien emocionalmente y por ello en el instituto teníamos una psicóloga a nuestra disposición para poder acudir ha ella si nos pasaba algo o nos encontrábamos mal; ella nos ayudaría a superar los problemas de la mejor manera posible.
Yo siempre he estado poniéndome mala muy a menudo y no se sabia porque hasta que ahora con 20 años me han estado mirando y analizando y han notado que tenia muchas infecciones de garganta por culpa de las amígdalas y eso era lo que me debilitaba y me hacia ponerme enferma continuamente. Por ello hace poquito que me las han extraído lo pase un poco mal ya que al ser adulta se siente mas el dolor pero la verdad es que ha merecido la pena.
 
         Con todo esto quiero decir que todos debemos enseñarle pautas de higiene y de salud a los niños desde que son pequeños para que luego las cojan como rutina y no sea como una obligación el comer bien y sano. Con todo esto ayudaríamos a que muchos niños no tuvieran obesidad desde tan pequeños. 

jueves, 19 de septiembre de 2013

Mi relato saludable

Mi experiencia con la salud a lo largo de mi infancia fue un poco mala. 
  • A los seis meses tuve la tosferina, la cual tuvo una duración de seis meses. 
  • A los dos años aproximadamente, tuve un problema intestinal por el cual casi pierdo la vida.
Estos son las enfermedades o problemas de salud más destacados en mi infancia. También tenía muchos problemas con las amigdalas, por lo que, era muy común que a lo largo del año, daba igual la estación, tuviera amigdalitis.

A los diecinueve años más o menos. Me diagnosticaron urticaria facticia, es lo que podríamos llamar comunmente alergia, me aparecían como ronchas por toda la piel entre otros síntomas, pero no había ningún motivo aparente de dicha alergia. La parte positiva, a parte de que ha desaparecido, es que tenía que cuidar mucho mi alimentación, lo que hizo que mi tipo de dieta fuera a partir de ese momento mucho más saludable y equilibrada. En estos momentos, no tengo problemas con ello.

Más adelante me apareció un problema tiroideo, hipotiroidismo. Por lo que tengo que tomar una pastilla diaria, para hacer una vida completamente normal, sin que sus síntomas (que yo tenía unos cuantos) la dificulten, en el caso de que se tengan.

También tengo un poco de asma, quizá porque he sido fumadora durante muchos años. Hábito que comencé con catorce años aproximadamente, pero he tenido mucha suerte y he conseguido dejar de fumar, ya hace unos años. Me siento muy aforturada de ser una de las pocas personas que lo han conseguido. Para el asma no sigo ningún tipo de tratamiento. Otro dato sería que he sido operada de apendicitis.

Después de todo esto, podría parecer que pienso que he tenido mala salud. Pero, la verdad, es que no lo veo de este modo. Pienso que en la mayor parte de los casos, uno está tan enfermo como quiera verse o sentirse. Muchas personas suelen encontrarse mal, para, de este modo tener más atención de sus seres queridos o para tener compañía. En mi caso, yo sigo mi vida y si aparece algún problema en mi salud, pienso que se va a curar y si no se cura, habrá que intentar llevarlo lo mejor que se pueda. De todos modos, cada uno tiene su manera de reaccionar ante los problemas de salud y esta sería la mía. Prefiero intentar disfrutar de las cosas buenas de la vida, antes de entristecerme a menudo, porque me duele esto, o aquello, de ese modo, se pierden muchas cosas buenas de las que disfrutar. Pero eso ya forma parte de la personalidad de cada uno.

En cuanto a mi experiencia en el colegio. Puedo decir con toda sinceridad que no me acuerdo de nada. Sólo de una profesora que nos reñía mucho y decía que cuando fuesemos mayores nos acordaríamos de ella con cariño, y yo la verdad, la recuerdo como un poco gruñona. Aunque ahora me viene otro profesor a la memoria, este era adorado por todos sus alumnos, sólo recuerdo que era genial y sus otros compañeros de profesión le preguntaban que cual era su truco, a lo que él no sabía responder, la verdad es que era muy bueno. Seguramente inconscientemente habré hecho un barrido de todos mis recuerdos, menos de estos dos detalles. Otra cosa que puedo destacar, son mis grandes amigas que siguen conmigo a día de hoy, y me siento especial por ello, ya que llevamos caminando juntas en el largo camino de la vida desde hace ya algunos años. 

Por lo general me siento una persona muy afortunada. Tengo muchas cosas buenas en mi vida, buenos amigos, una buena familia llena de también buenos amigos, y mucha gente especial que me rodea. He conseguido todo aquello por lo que me he esforzado. Y ante todo esto, ¿qué más puedo pedir?.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Mi Relato Saludable



Para iniciar los comentarios en este blog con temática saludable, vamos a empezar con algo personal sobre la salud, nuestra vivencia en la infancia y la adolescencia respecto a la salud en el contexto de la escuela.

Yo nací en República Dominicana, Santo Domingo Norte. Allí el sistema educativo con respecto a la Educación Infantil es muy diferente, no hay tanto control como aquí en España-Galicia -Orense. Los niños según su condición socio-económica acceden a la escuela cuando el padre lo desee, puede empezar con una edad de 8 años en Infantil, es un pequeño ejemplo de muchos, para que se hagan una idea.
Yo no recuerdo mucho de mi infancia en la escuela, más bien tengo escuchado de mis progenitores algunas vivencias que enseguida compartiré en este blog de blogs. Estos relatos saludables no harán referencia únicamente a la salud física, sino también a la salud social y mental que teníamos en aquel entonces.
Gracias a mis padres, pude iniciar en la escuela a los 2 años y medio, era un pequeño colegio cuya aula era reducida, estaba todo muy junto y quedaba, aun así, poco espacio para realizar algunas actividades. Me cuentan mis padres que tenía que levantarme muy temprano para poder ducharme, lavar los dientes, peinar y desayunar. Nunca podía salir de la casa sin hacer estar cosas, el bus iba a buscarme a la puerta de casa, hasta llegar al colegio.

 En los primeros días, como no conocía a nadie, era una niña que poco me relacionaba con los compañeros, como algo típico, comenzaron los malos tratos por parte de los niños, y como resultado llegaba a mi casa llorando y diciendo a mi madre que me había pegado o hecho alguna cosa que me había hecho sentir triste. La actitud de mi madre era aconsejarme, me decía que tenía que comentarle todo lo que pasaba a la profesora para que ella hablara con los niños, y así , al día siguiente yo lo hacía.

De esta manera la relación en el aula iba mejorando gracias a las acciones realizadas por la maestra.
En mi infancia y adolescencia fui una niña muy enfermiza, siempre estaba con algún virus de la temporada, virus que salía, y virus que yo incubaba en mi organismo. Esto ocasionaba que faltara mucho a clases y por varios días. Una de mis muchas enfermedades que recuerdo fue la fiebre tifoidea, fue algo que no olvidare, porque fueron días en cama sin poder levantar, pasaba muchísimo frío. Pero no empeoró porque fue tratada con tiempo.En la escuela, tomaban medidas típicas sobre la salud, como lavarse las manos antes de comer, también habían normas de higiene como siempre ir limpios a clases, etc.

Algo que si recuerdo es que nos enseñaban a no hacer que sonara el plato al comer, que intentáramos levantar bien el utensilio de cocina que tuviéramos para no hacer ruido con el plato al comer.
Respecto a la salud emocional, en mi infancia perdí a mi primera prima hermana y a mi abuelo paterno, del cual ahora tengo muy pocos recuerdos. En aquel momento no lo sufres como lo harías con más edad, pero sientes esa ausencia y esa falta de cariño. Recuerdo que fui una niña rodeada de mucho cariño y amor, todo giraba a mi alrededor a pesar de que tengo una hermana menor. Pero siempre nos trataron igual y siempre hemos tenido una muy buena relación de hermanas.

De pequeña ni hice muchas travesuras, así que mi relación con la salud en un contexto fuera de casa no era mucha. Más bien esa relación estaba en casa o en un hospital, aunque afectaban mi situación en la escuela, pero nunca tuve problemas de adaptación al acabar un proceso de enfermedad, todo continuaba a su ritmo y yo me adaptaba.

Y esta es mi historia personal saludable…